Yo prostituyo mi alma.
Cojo mis sentimientos y los desparramo por cuerpos ajenos.
Practico el estraperlo con cada sonrisa y cada lágrima.
Me obligo a no quererte,
A no querer querer.
Obligo a mi corazón indefenso a someterse a mi voluntad de chula,
Y me pagan por ello con un nuevo día sin dolor de ti.
Tú,
tú prostituyes tu cuerpo.
Lo arrojas sobre cuerpos ajenos que te pagan en monodosis de placer comprimido.
Las dosis se acaban y no te queda nada.
Eres yonki de horas vacías llenas de intercambios de fluidos corporales.
Empezaste casi sin querer, una noche, una dosis.
No puedes parar, no puedes amar y por eso prostituyes tu cuerpo.
Y yo,
yo que te quiero, pago el precio de tu adicción y prostituyo mi alma.
Cojo mis sentimientos y los desparramo por cuerpos ajenos.
AGENDA DE JUNIO
-
Empezamos el mes de junio con la publicación de mi nueva novela: EL PRÓXIMO
VERANO EN SEÚL, con la que me presento por primera vez al Premio Literario
A...