Yo prostituyo mi alma.
Cojo mis sentimientos y los desparramo por cuerpos ajenos.
Practico el estraperlo con cada sonrisa y cada lágrima.
Me obligo a no quererte,
A no querer querer.
Obligo a mi corazón indefenso a someterse a mi voluntad de chula,
Y me pagan por ello con un nuevo día sin dolor de ti.
Tú,
tú prostituyes tu cuerpo.
Lo arrojas sobre cuerpos ajenos que te pagan en monodosis de placer comprimido.
Las dosis se acaban y no te queda nada.
Eres yonki de horas vacías llenas de intercambios de fluidos corporales.
Empezaste casi sin querer, una noche, una dosis.
No puedes parar, no puedes amar y por eso prostituyes tu cuerpo.
Y yo,
yo que te quiero, pago el precio de tu adicción y prostituyo mi alma.
Cojo mis sentimientos y los desparramo por cuerpos ajenos.
AGENDA ABRIL 2025
-
¡Feliz Día del Libro 2025!
Aunque los blogs murieron hace tiempo y fueron enterrados por las redes
sociales, este sigue vivo (cuando me acuerdo de él) y ...
Ni te imaginas el trabajito que me ha costado llegar hasta tu blog, pero ha merecido la pena, este relato me parece sublime, prostituimos el alma al derramar nuestros sentimientos en ojos ajenos, preciosa metáfora, dolor profundo que me ha atravesado el alma, miles de besossssssssss.
ResponderEliminar